miércoles, 20 de junio de 2012

PIRATAS, CORSARIOS, BUCANEROS Y FILIBUSTEROS EN BAJA CALIFORNIA SUR. PARTE II

                                                                WILLIAM WALKER

William Walker (Nashville, Tennessee, Estados Unidos, 8 de mayo de 1824 - Trujillo, Honduras, 12 de septiembre de 1860) fue un médico, abogado, periodista y político estadounidense. Es el más reconocido de los denominados «filibusteros» del siglo XIX.

En México intentó conquistar los territorios de Sonora y Baja California, lo que lo llevó a fundar una «república» que terminó en fracaso.

En 1855, junto a un grupo de reclutas conocidos como «Los Inmortales», se dirigió hacia Nicaragua, país que se encontraba inmerso en una guerra civil, y luchó al lado del bando democrático, que pretendía derrocar al presidente legitimista Fruto Chamorro Pérez. Sin embargo, a medida que avanzaba en sus campañas militares, logró asumir el poder mediante unas elecciones amañadas, en las cuales resultó electo como presidente de la nación.

Quizá el más famoso de todos aquellos filibusteros, pese a su corta vida, sea William Walker, quien realizó tres expediciones para tomar distintas partes de América Central.

En la primera de aquellas incursiones y a sus 28 años conquistó La Paz, capital de la península de California, en 1853 con 45 hombres y proclamó la República de la Baja California. Poco después la uniría a la recién creada República de Sonora, proclamándose él como presidente. El ejército mexicano lo derrotó y cruzó a Estados Unidos por la frontera. Fue juzgado y en el jurado se puede apreciar la influencia de la Doctrina del Destino Manifiesto, pues sólo tardaron un minuto en decidir que era inocente de haber provocado una guerra ilegal.

En 1855 se lanza a la conquista de Nicaragua con sus 58 Inmortales, 170 nicaragüenses y 100 norteamericanos. Vence al ejército nicaragüense el 1 de septiembre; pero en esta ocasión se muestra más prudente y nombra como presidente a Patricio Rivas. Pero el resultado no dista mucho del anterior, Nicaragua es invadida por 2.500 hombres de Costa Rica y Walker es vencido en Santa Rosa y Rivas.

Posteriormente se celebran elecciones, pero las elecciones son amañadas por Walker y éste sale elegido.

Sin embargo, esta serie de acciones son vistas como peligrosas por países centroamericanos al percibirlas como una amenaza para su soberanía, y los ejércitos de Costa Rica y El Salvador lo derrotan y huye en 1857.

En noviembre vuelve a ser juzgado en Estados Unidos y se vuelve a apreciar la creencia estadounidense de estar en su derecho de querer anexionar esas tierras, pues Walker es absuelto.

En su tercera expedición a Honduras en 1860 no tiene tanta suerte y es capturado por Nowel Salman de la Marina Real Británica. Fue juzgado en Honduras y fusilado ese mismo año.

Pese a ser acogido como un héroe en los Estados del Sur, Walker actualmente es un olvidado en Estados Unidos, no así en Centroamérica, donde las guerras contra él pueden ser, como indica Juan A. Sánchez Giménez, el equivalente a las Guerras de la Independencia del resto de las ex-colonias españolas que los pueblos de América Central no vivieron.

Para el año 1850, como tantos otros hombres de su generación que buscaban oportunidades en el oeste del país, Walker se dirigió a San Francisco y encontró empleo en el periódico San Francisco Daily Herald. Allí denunció a un juez local de apropiación indebida de los fondos de una herencia. Por la acusación fue retado a duelo por el mismo magistrado, quien sería representado por otro sujeto.

Después del encuentro, Walker resultó herido levemente en una pierna. También tuvo otro incidente con un administrador de justicia al que acusaba de ser «muy blando» con los criminales, y terminó encarcelado y multado con 500 dólares. Tales percances empezaron a convertirlo en una especie de héroe local.

Después de ejercer sin entusiasmo la abogacía en Marysville, California, por un breve período, fue atraído por la colonización de Sonora y Baja California, al enterarse por los periódicos de San Francisco que los sonorenses eran asediados por apaches.
Asimismo, los rotativos demandaban la presencia de tropas estadounidenses para que los protegiesen, y también hacían notar que en la zona se encontraban ricos yacimientos de plata para ser explotados. De hecho, Walker era de la opinión que los estadounidenses eran los indicados para ocupar México, y no los franceses, como ocurría en ese tiempo.

Intentó asociarse con Raousset-Boulbon, pero este rechazó su propuesta ante el sentimiento antiestadounidense en México. A pesar de todo, la empresa fue organizada en California junto a otros aventureros, y a pesar de la advertencia del francés, Walker llegó a este país en julio de 1853 con un pasaporte en regla.


Al arribar a la localidad de Guaymas junto a su colega Henry P. Watkins, las autoridades no le dejaron movilizarse, pues estaban prevenidos de su llegada por medio del consulado mexicano en San Francisco. Ante la negativa, aseveró que su única intención en Sonora era la explotación de tierras para una eventual explotación minera. No obstante, la oposición de las autoridades lo obligó a volver a los Estados Unidos junto con su socio, después de un mes de estadía.

En vista del fracaso, pero convencido del uso de la fuerza para ocupar el territorio,regresó a California y armó una expedición decidido a conquistar Sonora. Su intención era formar una nueva república para integrarla a los Estados Unidos.


El 16 de octubre de 1853 se embarcó hacia México con un grupo de medio centenar de reclutas, la mayoría de ellos vagabundos de los muelles californianos. Con la intención de evadir cualquier arresto, zarpó rápidamente a bordo del barco Caroline, ignorando la ley de neutralidad del país.

La República de Baja California
  

La bandera izada por William Walker ostenta dos estrellas que representan a los estados de Baja California y Sonora.

Su primera operación fue realizada en la localidad de La Paz en Baja California, donde izó una bandera con dos franjas rojas y dos estrellas, emblemas de los estados de Baja California y Sonora. El 3 de noviembre de 1853 proclamó que Baja California era libre, soberana e independiente,y después de una victoria sobre un pequeño contingente mexicano la opinión a favor hacia la expedición creció en los Estados Unidos, y nuevos refuerzos partieron en el bergantín Anita con 230 aventureros.
La República de Sonora

A pesar del optimismo, los filibusteros empezaron a sufrir los primeros contratiempos. Por un lado, la tropa era acechada por las huestes del caudillo Antonio María Meléndrez. Además, las raciones escaseaban, lo que provocó insubordinación y varias deserciones. A pesar de las circunstancias, Walker se proclamó presidente de Sonora el 18 de enero de 1854, y la nueva república fue dividida en los estados de Baja California y Sonora, esta última regida por el Código Civil vigente en Luisiana.

Sin embargo, Walker ignoraba que el presidente mexicano Antonio López de Santa Anna había firmado un tratado en diciembre de 1853, conocido como «Venta de la Mesilla» (o Gadsden Purchase por los estadounidenses), que cedería a Estados Unidos una franja de terreno en la frontera de ambos países. Probablemente, los mexicanos suscribieron el convenio al percatarse que las acciones de Walker eran indicios de que el gobierno vecino tomaría la zona por la fuerza en un futuro.

Una vez realizado el traspaso, el gobierno estadounidense envió correspondencia al presidente mexicano en el que consideraba a Walker un transgresor de las leyes federales.

Vigilado por barcos de guerra mexicanos y estadounidenses, el filibustero, localizado en el puerto de Ensenada, se movilizó con su tropa de 135 hombres con rumbo a Sonora, para fomentar una insurrección contra el gobierno local.

También consideró que una eventual anexión del golfo de California podría favorecer a su país para obtener una salida por el lado suroeste del territorio.

El 28 de febrero de 1854, hizo jurar una alianza a algunos rancheros a la República de Sonora para iniciar una «campaña militar», pero nuevas deserciones disminuyeron el contingente, aunado a la penosa situación de su milicia. Para contrarrestar esta situación, trató de poner orden ejecutando a los insubordinados.

Los milicianos arribaron al territorio sonorense en estado lamentable, pues habían atravesado terrenos áridos, estaban hambrientos, casi desnudos y rodeados por los tiradores de Meléndrez.

Al final, los 34 filibusteros decidieron escabullirse del asedio de los mexicanos y cruzaron la frontera hacia Estados Unidos el 8 de mayo de 1854. Una vez arribaron a su país, se rindieron ante dos oficiales del ejército.

William Walker fue trasladado a San Francisco en octubre de ese año, y acabó ante el tribunal de justicia por violar las leyes federales. Él mismo se hizo cargo de su defensa y adujo que su misión era la «liberación» del territorio de Sonora de un supuesto gobierno corrupto. El juez, en su declaración ante el tribunal, se expresó en términos desfavorables hacia el inculpado, pero el jurado lo declaró no culpable.

Esta era una señal que Walker, y la idea del Destino Manifiesto, contaban con apoyo de buena parte de la opinión pública.

De acuerdo al investigador William O. Scroggs, el filibustero no emprendió esta campaña como un «delegado» de los estados esclavistas. Prueba de ello fue que los periódicos de esa región no salieron en su defensa. A manera de ejemplo, un rotativo de Nueva Orleans calificó a los aventureros como «jóvenes atolondrados».

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