martes, 16 de octubre de 2012

AYER Y HOY SIEMPRE SERA DE MEXICO,

POR DERECHO INTERNACIONAL SIGUE SIENDO PARTE DE LA REPÚBLICA MEXICANA.


El Tratado Guadalupe-Hidalgo, en 1848, por el que, al fin de la guerra entre ambos países, México tuvo que cederle a Estados Unidos el 54% de su territorio nacional, incluyendo la cesión anterior de Texas, fue también ilegal, desde el punto de vista del Derecho Internacional, ya que fue aprobado mientras la ciudad de México estaba ocupada por las tropas yanquis. 

De acuerdo a las leyes internacionales todo tratado que se apruebe bajo la fuerza y el terror, ES NULO. O sea que, de acuerdo al Derecho Internacional, California, Tejas, Nevada, Colorado y otros Estados, pertenecen a México, no a Estados Unidos. 

Forman parte de este país por el poder del terror no por la justicia de las leyes. 

Esos Estados son, por la fuerza, partes del Imperio yanqui, no de Estados Unidos.

EL TRATADO GUADALUPE-HIDALGO APROBADO A LA FUERZA E INVADIDO X LOS EUA.

35 de los 50 Estados que conforman a Estados Unidos no son partes del país, sino del Imperio, pues fueron adquiridos por la guerra, el fraude, la mentira, la violación de las leyes y los tratados y hasta de su propia Constitución. Por no dejar de robar, el Imperio trata de robarse el nombre América.

Algo similar sucedió con la anexión de Texas, en febrero de 1845, ya que de acuerdo a la Constitución, dicha anexión tenía que ser aprobada por un acuerdo separado del Senado y la Cámara de Representantes. 

Seis días antes de que James Polk tomara posesión de la presidencia, John Tyler violó la Constitución y mediante una Resolución Conjunta del Congreso impuso la anexión. 

Texas era cuando aquello mucho más extenso, y hoy tiene casi 696,000 kilómetros cuadrados el tamaño de Francia, Portugal, Holanda y Bélgica juntos--. Y todo eso era de México.

El Tratado de Guadalupe Hidalgo (en inglés: Treaty of Guadalupe Hidalgo), oficialmente llamado Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, fue firmado al final de la Guerra de Intervención Estadounidense por los gobiernos de México y losEstados Unidos el 2 de febrero de 1848, y fue ratificado el 30 de mayo de 1848. 

El tratado estableció que México cedería más de la mitad de su territorio, que comprende la totalidad de lo que hoy son los estados de California,Nevada, Utah, Nuevo México y Texas, y partes de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. 

Además, México renunciaría a todo reclamo sobre Texas y la frontera internacional se establecería en el Río Bravo.

Como compensación, los Estados Unidos pagarían 15 millones de dólares por daños al territorio mexicano durante la guerra.

Entre los notables aspectos del tratado, se encuentran los siguientes: se estableció al Río Bravo del Norte o Río Grande como la línea divisoria entre Texas y México, y se estipuló la protección de los derechos civiles y de propiedad de los mexicanos que permanecieron en el nuevo territorio estadounidense. Asimismo, Estados Unidos aceptó patrullar su lado de la frontera y los dos países aceptaron dirimir futuras disputas bajo arbitraje obligatorio. 

Sin embargo, cuando el Senado estadounidense ratificó el tratado, eliminó el Artículo 10, el cual garantizaba la protección de las concesiones de tierras dadas a los mexicanos por los gobiernos de España y de México. 
También debilitó el Artículo 9, el cual garantizaba los derechos de ciudadanía de los mismos.



domingo, 14 de octubre de 2012

PABLO LEOCADIO MARTINEZ MARQUEZ


Recién creado el Estado de Baja California Sur, el gobernador provisional, Félix Agramont Cota puso el nombre del profesor Pablo L. Martínez al archivo histórico estatal, en la conmemoración de su segundo aniversario luctuoso, el 11 de enero de 1972, en homenaje a su trabajo como escritor e historiador.

Nativo del pueblo de Santa Anita, municipio de San José del Cabo, Distrito Sur de Baja California, Pablo Leocadio Martínez Márquez (1898-1970) fue de los primeros sudcalifornianos en investigar directamente en acerbos documentales, nacionales y extranjeros, que tuvieran materiales sobre las Californias. 

Una de sus obras de historia más reconocidas: Historia de Baja California (1956), dibuja los primeros trazos generales de la historia peninsular. Tras una exhaustiva búsqueda en los registros civil y eclesiástico de las principales poblaciones sudcalifornianas, don Pablo produjo otro importante texto: Guía familiar de Baja California 1700-1900 (1965). 

No obstante estar inconclusa, después de su muerte fue publicada: Historia de la Alta California 1542-1945 (1970), en la cual se puede apreciar una mayor experiencia y oficio en el manejo de las fuentes primarias y el carácter tesonero en la búsqueda de información. 

Preocupado e inquieto por las miserables condiciones económicas y casi nulos derechos políticos de los calisureños, Pablo L. Martínez buscó siempre expresar de manera crítica y abierta su opinión acerca de las causas y las posibles soluciones de tal situación, por lo que revistas y periódicos, nacionales y locales, fueron el instrumento del que se valió para manifestarse.

Sin duda, el a meritado y solitario profesor Martínez se ganó con creces un imperecedero reconocimiento, cuando en junio de 1990 fue declarado Sudcaliforniano Ilustre, y sus restos depositados en la Rotonda construida para ese fin.